Diciembre en mi Rio de Oro

Diciembre, el mes de la alegría, alegría de revivir año tras año la magia del reencuentro, hijos con padres, padres con hijos, hermanos, abuelos, primos, tíos y amigos.

Diciembre, es la magia del compartir, compartir comidas, compartir recuerdos, anécdotas vividas, travesuras pasadas, trasnochos y amaneceres conjuntos.

Diciembre en mi Rio de Oro, con sus casas y sus calles llenas de fragancias, fragancias que embriagan,

 que invitan al deleite, olores que impregnan los senderos de mi pueblo,

Olor a tapetusa, tresbrincos o bolegancho

Licor artesanal que se fabrica por destilación del guarapo de panela y el anís.

Olores y sabores de conserva, conserva de papaya e higos,

Con panela, clavos y canela, Buñuelos calientitos, masato o chicha de arroz o arracacha,

Y desde lejos también el aroma Inconfundible a tamal de arroz.

Diciembre, familias reunidas alrededor del pesebre que la mayoría de personas en la sala lo construyen, entonan villancicos y con maracas, panderetas y con pitos, se cantan los villancicos

Y a partir del 16, el cielo se engalana con luces multicolores de hermosos y coloridos juegos pirotécnicos que iluminan a este, mi bello pueblo Rio de Oro.

Cuando llega el 24, muchos salen a pasear con sus hijitos pequeños para poderlos embolatar y así alguno de los dos regresa para permitir que el niño dios entre y pueda los regalos organizar.

Niños y jóvenes disfrazados, de perros, de viejos, de diablos.

Otros que son los negros, que alegran con sus versos y tambores

y dedican sus canciones para recoger, algunas moneditas

o tal vez algún billete para luego entre ellos el botín repartir.

Diciembre de los grupos, de grupos culturales

Que inventan los disfraces para desfilar en el esperado seis de enero

Donde se muestra la cultura creativa de nuestros hijos artesanos

Que hacen grandes mascaras con la técnica del papel maché.

Trabajan contra el reloj, pues tienen poco tiempo para su creación. Son días con noches enteras dando vida a su arcilla para dejarla secar.

Luego compran yuca, la rayan o licuan, la cuelan y cocinan ese es el pegamento para las capas de papel. Son grupos y familias que se unen para participar del gran desfile de disfraces que se llega a realizar el 6 de enero del año a comenzar.

Así se les va diciembre a los jóvenes, niños y adultos, hasta el 31 llegar. Rio de Oro con sus músicos, sus bandas, sus trompetas.

El 31, la cita es en el parque principal, allí casi todo el pueblo se reúne.

 La última retreta del año, esperada, anhelada, vivida y gozada siempre.

Sale a las 12 del mediodía, el parque está a reventar. Antes de las 12 se escuchan las trompetas y cohetones. Trompetas invitando y no dejando olvidar la cita de ese día, que la última será.

Las campanas de la iglesia no dejan de repicar, anunciando que son las 12 y no se puede faltar.

Los músicos adelante y las personas van detrás, cantan, bailan, gozan, beben, es un gran parrandón que termina muchas veces después de las seis.

31 de diciembre, esperado por todos. Las mesas con manteles, llenas de manjares, natillas, buñuelos, uvas, conservas, tamales y vinos. Todos invitando a su degustación y al llegar la media noche abrazar muy fuertemente, llorar y reír, compartir buenos deseos y todos sentarse a comer.

AUTORA: AMPARO ÁLVAREZ. TOTY (COLOMBIA)
© DERECHOS RESERVADOS AUTOR (A)

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